Hablar de cambios en la Educación Especial en México implica imaginar tres siglos de trabajo y evolución constante, prueba fehaciente de ello es el uso de los términos utilizados para hacer alusión a las personas con alguna Discapacidad: impedido, inválido, limitado, minusválido, idiota, tarado y mongol; además del último en aparecer: personas con capacidades diferentes, un neologismo que nada tiene que ver con lo que en realidad implica el hecho de que una persona presente algún grado de Discapacidad.
En el aspecto educativo hoy en día la educación especial en México se encuentra en su mejor momento, con muy buenos resultados del Programa de Integración Educativa y con los intentos por iniciar la nueva marcha hacia la inclusión, las personas con discapacidad cuentan con al menos dos posibilidades de incursionar en el sistema educativo nacional: en los CAM (Centros de Atención Múltiple) o en las aulas de las escuelas regulares apoyados por las USAER; algunos otros, la minoría claro, disponen de servicios particulares que ofertan atención y orientación a los padres.
Atrás han quedado los grupos integrados y las clases aisladas, las terapias y el trabajo meramente ocupacional. Se ha logrado avanzar en el hecho de que los docentes de las escuelas regulares, los padres de familia y la sociedad en general, hagan suyo el paradigma de que las personas con algún tipo y grado de discapacidad o aquellos con alguna necesidad educativa especial, “pueden aprender”.
Anteriormente solo se buscaba que las personas con discapacidad fueran cuidadas en los centros o escuelas construidas para ellas. Temas como el empleo, la sexualidad, la paternidad o la educación formal, parecían muy lejos inclusive del diálogo familiar.
Resaltaré el beneficio de que hayan desaparecido los currículos paralelos ex profeso para las personas con discapacidad o con problemas serios para aprender. Los elaborados, dicho sea de paso, limitaban mucho el nivel de desarrollo de la persona, materiales distintos, estrategias distintas y sobre todo intenciones distintas a las que se planteaban para los alumnos de escuelas regulares. Ya en la reforma de 1993 se concretó el trabajo de TODOS los alumnos bajo los mismos enfoques, materiales, libros de texto, espacios educativos… sobre todo bajo los mismos Planes y Programas de Estudio.
Ahora, con el trabajo basado en el desarrollo de competencias, los alumnos con necesidades educativas especiales pueden demostrar que hay muchos aspectos que les benefician al asistir a las aulas de las escuelas regulares, aunque quede sin conseguir la lectoescritura o las operaciones aritméticas. Quizás el principal logró será aprender a vivir en sociedad, a desempeñar roles y adquirir responsabilidades.
Profr. Víctor Manuel Yván Torres Palomo

¡Hola! compañero Yván, respecto a lo que que nos compartes me perece preciso, además enriquecedor para mis anotaciones, no encuentro debilidades por llamerlas de esta forma...si no al contrario redactas como ya lo mencione anteriomente, de forma precisa los cambios dados en el sistema de Educación Especial. ( desde antes hasta la actualidad)...felicidades
ResponderEliminarMuchas gracias Maestra Isabel, ha sido un gusto muy setisfactorio el hecho de poder compartir esta Maestría con gente comoUsted, muy dedicada y sobre todo entusiata
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